Luisa Ortega, en la lista Bloomberg de los 50 más influyentes: «Es un incentivo para seguir la lucha»
La fiscal general venezolana en el exilio, Luisa Ortega Díaz, ha sido elegida por Bloomberg como una de las 50 personalidades más influyentes en el mundo en el año 2017. Un reconocimiento a la mujer que, después de ocupar durante 10 años la máxima magistratura del Ministerio Público y ser el brazo acusador del chavismo, se revolvió contra el autogolpe del dictador Nicolás Maduro el pasado 31 de marzo.
OKDIARIO y la Revista Zeta —una de las pocas publicaciones democráticas y libres que quedan en Venezuela— han entrevistado en exclusiva a Ortega en su exilio en Bogotá. Este sábado ofrecemos un anticipo de la entrevista con la mujer más buscada por todos los corruptos del mundo, cuya información hace tambalearse gobiernos y grandes empresas implicadas en sobornos, mordidas y contratos amañados por todo el planeta.
En este pequeño extracto de la amplia entrevista que publicaremos en los próximos días junto con la Revista Zeta, Ortega celebra el «reconocimiento a todas las mujeres venezolanas y el incentivo para seguir la lucha» que para ella supone aparecer en una lista como la de Bloomberg.
Esta lista se conforma según el papel que desempeñan en el año que finaliza importantes personajes del mundo empresarial, político, económico, tecnológico, social y artístico. En la edición de 2017, sólo hay 17 mujeres —y eso contando que tres de ellas ocupan una misma plaza, las actrices que fueron artífices del escándalo de acoso sexual que ha acabado con la carrera del productor Harvey Weinstein y, como consecuencia, de otros miembros del ‘star system’ de Hollywood—. Y además, Ortega es la única personalidad latinoamericana en el cuadro de 50 más influyentes del mundo.
«Ese reconocimiento no es para mí, es a la mujer venezolana, a la mujer luchadora y batalladora, es a las mujeres de Venezuela, a la lucha que hemos emprendido todas», explica Ortega, quien hoy se esfuerza por demostrar sus ideales democráticos desde el exilio, perseguida por el servicio secreto madurista. «Éste es un reconocimiento a la fuerza que ha tenido la mujer venezolana acompañando a los hombres de Venezuela en esta lucha por la libertad, es un reconocimiento a la democracia, a las libertades, a los derechos humanos… y también es un incentivo para continuar avanzando hacia la libertad, la democracia y el rescate de un Estado de derecho en Venezuela».
La fiscal Ortega saltó a la fama mundial cuando el 31 de marzo se opuso firme y públicamente al autogolpe de Nicolás Maduro en Venezuela. Los jueces del Tribunal Supremo del país, elegidos a dedo y muchos de ellos de manera fraudulenta, decretaron la suspensión de funciones de la Asamblea Nacional —única institución política del país que no estaba dominada por el régimen bolivariano— y se arrogaron las competencias legislativas.
Ortega denunció la «ruptura del orden constitucional» y salieron por fin a la luz pública sus discrepancias con la tiranía madurista. Durante cuatro meses, hasta julio —y animados por la sensación de ruptura interna de la dictadura—, las calles de Venezuela se llenaron diariamente de cientos de miles de ciudadanos exigiendo libertad para los presos políticos, elecciones presidenciales inmediatas, la apertura de un canal humanitario y el reconocimiento de la legitimidad de la Asamblea Nacional.
En los próximos días, OKDIARIO y la Revista Zeta publicarán una extensa entrevista exclusiva con la fiscal general legítima de Venezuela, en la que explicará su visión política, dará detalles de sus disensos con el heredero de Hugo Chávez y responderá a preguntas espinosas sobre la relación del chavismo con Podemos, su responsabilidad en la persecución de los opositores —como el alcalde Antonio Ledezma o el líder de Voluntad Popular, Leopoldo López— y cuál fue su postura ante en la terrible represión de los meses que siguieron al autogolpe, en la que fueron asesinadas alrededor de 160 personas por las fuerzas de seguridad y los colectivos motorizados de Maduro.
Luisa Ortega Díaz, que guarda «papeles de todo», según advierte, y que se ha establecido en Bogotá junto con su equipo para seguir trabajando, insiste en que este reconocimiento la anima en la lucha por «la recuperación de las libertades, la honestidad, la alegría, la esperanza, el rescate de un país normal, que pueda interactuar con normalidad con la comunidad internacional», porque, dice, «antes uno hablaba con orgullo de Venezuela; ahora la gente te dice ‘oye, qué lamentable lo que está pasando en tu país’. Éste es el premio de ese reconocimiento».